Descripción
Terence Trent d’Arby o la redención de un ególatra. Hasta la partícula se la inventó. Se llamaba Terence Trent Howard, hijo de un pastor neoyorquino –hay que ver la de músicos retoños de pastores, sacerdotes y predicadores en la historia de la música popular, la sotana provoca vocaciones inesperadas- y de una profesora y cantante de góspel, Frances Darby. Quería competir en los JJOO como boxeador pero a la primera recibió una avalancha de soplamocos. Se metió de militar pero le echaron y deshonraron por desertor. Odiaba “todo ese rollo religioso” y se hizo budista. Quería ser arrogante y lo fue. Pensaba ser un genio musical y lo era. Quiso decir que los EEUU eran el parangón del sexismo, la violencia y el racismo y dijo la panacea. Quería predicar y terminó aburriendo. Su ego desmesurado le perdió, aunque años más tarde le salvó.
De joven se alistó en el ejército porque esta institución le ofrecía ser boxeador y competir. Le mandaron a Alemania, en el mismo regimiento que él del King. Pero no aguantó, recapacitó y se metió de lleno en la música –a principios de los 80’s montó el grupo The Touch-, y le echaron del cuerpo a patadas por “repetidas ausencias injustificadas”. Deserción. El disco que sacó con The Touch, Love on Time, le permitió adentrarse en el mundo de las discográficas, llevándoselo el sello Columbia. En julio 1987 sale su primer álbum, Introducing the Hardline According to Terence Trent D’Arby –título infumable y pedante como pocos-, que le propulsa como nuevo referente soul funk pop urban. Un discazo que se coloca en los primeros puestos de los charts de medio mundo, con singles archi famosos como Wishing Well, If You Let Me Stay, Dance Little Sister o Sign Your Name. Wishing Well llega #1 en el Billboard US. El álbum vende un millón de ejemplares los tres primeros días. No tardó en saltar la comparación con Prince, que acababa de sacar su doble álbum Sign O’ The Times cuatro meses antes y que no tenía ninguna intención de ver cómo un desconocido le pisaba los pies –y le jodía las taloneras-. Pero Terence Trent d’Arby iba a su rollo, tan seguro de ser la luz en este mundo de ignorantes, y en lugar de aplicar la misma receta de éxito en sus siguientes discos, sacó los álbumes que a él le gustaban, sin complacencia con su discográfica, con la que rompe, ni con sus seguidores, que rompen con él. Sigue una crisis existencial que desemboca en la ruptura con su pasado e identidad. Se hace budista y se rebautiza como Sananda Maitreya –algo así como Terence Trent d’Arby en birmano-. Sigue componiendo, en general deja que sus discos se descarguen gratis de su web, y de vez en cuando da conciertos y se embarca en giras. Él confiesa ser feliz. A mi me parece un planteamiento muy digno. Estás perdonado, hala.
Años atrás, cuando todavía TTA, edita su tercer álbum, Symphony or Damn: Exploring The Tension Inside The Sweetness. El disco es asombrosamente bueno, recibe las mejores criticas y se le considera como su mejor trabajo. Pero en 1993 su popularidad ya está en entredicho. No se vende bien, ni en sus mercados naturales, UK y US. Y eso que contiene canciones de lujo. She Kissed Me, muy rock a lo Let’s Go Crazy de Prince; Do You Love Me Like You Say?, funk rock pegadizo; Delicate, que canta a duo con Des’ree; Let Her Down Easy, canción que cierra el álbum, increíblemente bonita. Un disco injustamente ignorado.
Fuente: Undiaundisco.net
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