Descripción
Menta es un quinteto de Madrid que publica su primer álbum. Dicho así, sin proporcionar contexto alguno, no resulta muy novedoso. Madrid es una de esas ciudades en las que todos los días puedes hablar de una banda que debuta. Veamos, pues, qué les hace diferentes y por qué están destinados a hacer grandes cosas. Y es que hay algo de atracción fatal en la propuesta de Menta. En la voz de Meji todo suena deliciosamente peligroso. No te confíes ni traiciones su confianza, sus canciones tiran a dar. Ruido y puntería melódica en temas que te hablan de tú a tú; así podríamos situar a un oyente que todavía no haya escuchado jamás a los autores de “Un momento extraño”.
Esto último, lo del sonido tan reconocible de la banda, es mérito de Nico Rubio y Rodrigo Godoy (guitarras), Lucas Sierra (bajo) y Pedro del Pozo (batería), escuderos de lujo para una voz y personalidad arrolladoras, la de Cristina Mejías. La aportación de los cuatro dota a los temas de un encanto instantáneo. Estos muchachos salen a ganar, es algo que queda claro desde el minuto 1 con “Fatal, gracias”. Fiereza rítmica, ganchos melódicos y contundencia en la interpretación de un texto que no admite medias tintas. Menta reinventa el lema punk por excelencia sonando más Pistols que los Pistols: “no hay futuro, no hay mañana”.
A decir verdad, sí lo hay mientras este vinilo siga girando. Y es que a “Lo que me falta” no le falta nada. El giro final en la letra sintetiza a la perfección lo que es Menta: es caricia y guantazo; una mano tendida a las buenas y una puñalada a las malas. Sirva, pues, como advertencia para quien corresponda que del amor al rencor hay apenas una estrofa de distancia.
No deja de resultar paradójico que en “Algo Incómodo” a Menta se le note más suelto que nunca. En la aparente contención de esta pieza reside gran parte de su encanto: traslada esa incomodidad, esa tirantez palpable, sin que se resienta el mensaje. “Un Llanto”, el corte que cierra el álbum, constituye otra sólida evidencia de que ese es un registro en el que Menta se defiende de maravilla.
“Ibruprofeno Normon 600mg”, el corte con el que arranca la cara B, parece especialmente compuesto para esos domingos de resaca emocional en los que hace calor y no, no quieres nadie al lado. Refrescante como esa puta botella a la que se refiere la canción, la propuesta de Menta es todo poderío en la interpretación vocal, músculo en la sección rítmica y letras trufadas de confesiones inconfesables. “Ya no te quiero más” o “La última que te hago” son buenas muestras de ello.
Segundas partes nunca fueron buenas… hasta que llegaron Menta. “Segunda Parte” tiene todo lo bueno que podemos esperar de un tema del conjunto madrileño: un texto en el que te puedes ver, una interpretación despampanante y la pertinente dosis de rock crudo. Nadie excepto ellos parecen entender ya de qué trata esto de ser joven. Dejarlo todo atrás, cometer ilegalidades, sentirse invencible. Durante los dos minutos y medio que dura, uno siente que todo es posible. Y eso, en un mundo que se derrumba, es todo lo que le podemos pedir a una canción.
Aunque acabemos de referirnos a una segunda parte, lo que tenemos entre manos es su primer LP. “Un momento extraño” es un artefacto sonoro de mecha corta: incendiario, explosivo, instantáneo; un trabajo llamado a congregar a una parroquia guitarrera necesitada de nuevos referentes.
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