Descripción
Cómo pasa el tiempo… nos encontramos ya, ante el sexto disco de Havalina, noveno si tenemos en cuenta los tres que sacaron bajo el nombre de Havalina Blue cuando en sus inicios cantaban en inglés. En esta nueva entrega titulada «Muerdesombra» nos vamos a encontrar un poco más de lo mismo, lo cuál es buena señal ya que cuando publicaron «Más velocidad» como adelanto me temí lo peor. No es que sea una mala canción, pero coquetea con el indie más de lo que me gustaría… sin embargo, el álbum transcurre por otros derroteros. Hay sintetizadores a lo largo de todo el álbum, especialmente presente en temas como el propio «Más velocidad» o el que abre el álbum, «Abismoide», pero no le roban del todo el protagonismo a las guitarras etéreas y a la contundencia de la base rítmica, es decir, lo que siempre ha sido la seña de identidad del sonido de los madrileños.
Han perdido presencia los guitarrazos rollo stoner respecto a «Hojas secas» (2010), que sigue siendo su obra cumbre, al menos para un servidor, pero cuando aparecen lo hacen en todo su esplendor. Como muestra del doble alma de «Muerdesombra» tenemos el epicentro del álbum, con el binomio «Alta tormenta». “Alta Tormenta I” es una canción con intensos riffs y una demoledora línea de bajo, mi clara favorita del álbum, mientras que en “Alta Tormenta II” experimentan más con el sonido electrónico, enfatizando su parte progresiva y ambiental.
En cuanto a su faceta más melódica yo destacaría sobre todo «Órbitas», un tema que desde su inicio recuerda a The Cure, y en el que la delicada voz de Manuel Cabezalí se empasta a la perfección con la melodía post-punk que elaboran Javier Couceiro a la batería y Jaime Olmedo al bajo. En este sentido también destaca “Trópico Fantasma”, una extensa pieza de ocho minutos y medio de duración con la cual cierran el álbum y demuestran su talento y autenticidad, dejándose llevar y no constriñéndose a las reglas que rigen el mercado musical.
En conclusión, podemos decir que Muerdesombra no es un disco fácil de digerir. En él, Havalina siguen nadando contracorriente y sin romper del todo con sus señas de identidad si que nos muestran una nueva faceta más electrónica. No llegan a rebasar la línea que separa a los grupos de pop-rock alternativo de los indies omnipresentes en todos los medios y festivales patrios, pero se quedan a punto. Demasiado oscuros y profundos para entrar en esa liga del mainstram; demasiado eclécticos y evanescentes para hacerlo en la del rock o el metal. Ellos van a su bola, lo cual es muy de agradecer.
Fuente: Rock4Spain.com
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