Descripción
Desde que en 1986 The Queen Is Dead cobrase vida, esta bella criatura anómala siempre acaba derivando en el desfile más hiperbólico de epítetos. No es para menos. Y menos antes geisers dramáticos como “I Know It’s Over’ o lamentos tan desesperados como “Had No One Ever”. Pero The Queen Is Dead también fue la evidencia de que todo lo que había surgido en la Manchester post-Joy Division nunca tendría que ver con The Smiths. Este álbum verbalizó la existencia de tres Manchester diferentes: el de New Order y Factory, el de la hipérbole realista de The Fall y el Manchester tony richardsiano de The Smiths, el cual había profundizado en sus raíces debido a la mala experiencia londinense sufrida durante su grabación de The Queen Is Dead.
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