Descripción
Como apuntaba en mi anterior crítica respecto al castigado ‘Virgin Killer’, sin duda nos hallábamos ante el trabajo que representaría para la banda la primera gran vuelta de tuerca que inmediatamente después propiciaría la mutación de su sonido. Detalle no poco importante. Sin embargo hay que señalar -sin paliativos- como es este Taken by Force el que definitivamente marcaría, sin la menor sombra de duda, un antes y un después en la carrera de esta formación sin igual. En este sentido, ignorar la importancia del disco significa no tener la menor idea acerca de la historia de la banda, y es que con ‘Taken By Force’ llega el fin de muchas cosas para SCORPIONS y consecuentemente el principio de muchas otras.
‘Taken By Force’ es el álbum que pone el broche de despedida al periodo clásico en la carrera de SCORPIONS (para el que os habla, el mejor y más fértil), del mismo modo en que representa la expiración del contrato con la RCA y el fin del camino junto al irreemplazable Uli Roth. La decisión era ya firme y la salida de Roth de la banda no únicamente encierra motivos obvios como el desgaste de las relaciones personales entre unos músicos, sino la toma de conciencia por parte de Schenker y Meine respecto a la nueva dirección que debía tomar el grupo. El abandono de Roth hay que saber leerlo entre líneas, por eso, si prestamos la suficiente atención comprobaremos como después de ‘Taken By Force’, SCORPIONS realmente ya no podían llevar más allá el modelo por la sencilla razón de que perfeccionar lo que ya es perfecto es una misión totalmente imposible. De este modo, poquito a poco la banda iba a ir tomando la forma que durante once intensos años los llevaría a gobernar el planeta Rock de 1979 a 1990, y es que no estamos hablando tan solo del providencial relevo de Jabs por Roth, sino también del álbum bautismal de Herman Rarebell con la banda.
Decía hace un momento, que ‘Taken By Force’ es un disco que hay que saber leer y por lo tanto, si no te enteras de que todas sus canciones son perfectas es que no lo has escuchado como debías. Si hacemos un poco de memoria, recodaréis como apunté a ‘Pictured Life’ como uno de los temas clave para entender cómo transcurre la transición del sonido SCORPIONS clásico al sonido SCORPIONS de los años dorados. Por eso, en un rol muy similar, es fundamental el hecho de saber ver como ‘Steamrock Fever’ desempeña un papel crucial en este proceso, y es que como indicaba hace solo unos instantes, en este inconmensurable trabajo se juntan lo mejor (exceptuando al intocable ‘In Trance’) de su etapa tradicional con aquello otro, también muy grande, que todavía estaba por llegar.
Empezando por el martillo neumático con el que arranca el corte (que ojo, no deja de sonar durante todo el tema), aquí lo que tenemos es ya a SCORPIONS sobre la cresta de la ola repartiendo mandobles a destajo. El poderío de las guitarras es definitivamente aplastante, pero casi tan importante resulta el principio de una sociedad que ya desde sus inicios resulta absolutamente destructiva. Lógicamente hablamos del tándem Buchholz-Rarebell. Y por si con todo esto no había suficiente, encima de todo lo demás tenemos a un Klaus Meine, que sin el menor aspaviento se sabe ya uno de los mejores intérpretes de su tiempo. ‘Steamrock Fever’ es, efectivamente, un tema que se pega y ya no te suelta, ¿pero dónde está el mérito cuando quien lo escribe son los mejores? Clásico.
Llegado este momento, se hace el silencio al punto que emerge de las aguas un descomunal leviatán de colores llamado ‘We’ll Burn the Sky’ y para quien no tenga conocimiento del hecho, yo le pongo al día: Temazo Top-10 en el catálogo de la banda y sin margen al error una de las performances más increíblemente sentidas y profundas de Meine a lo largo de toda su carrera, que no es poco. Con letras de Monika Dannemann (pintora y artista alemana, ex-novia de Hendrix y también amiguita de Roth años después) ‘We’ll Burn the Sky’ representa fácilmente todo lo que hace de SCORPIONS uno de los mayores exponentes de la música Rock de todos los tiempos y es que aquí no hablamos tan solo de enormes guitarras, una sección rítmica perfectamente cohesionada, una perfecta orquestación o una prodigiosa voz que eriza los cabellos del cogote, sino sencillamente de magia. Magia que únicamente unos pocos escogidos pueden ser capaces de reproducir. Los coros son simplemente para llorar y la interpretación de Meine, francamente, de otro mundo en comparación al 99,99% de vocalistas del planeta (del 100% si no hubiera nacido Halford, ¿vale?).
Con ‘I’ve Got to Be Free’ volvemos a contemplar la cara más canalla de Uli Roth, al punto que a ese otro Meine más descarado y visceral. Excelente rocker de sublimes armonías (qué formidable trabajo también el de Buchholz!), ¿qué duda cabe?, pero nada, absolutamente nada que pelar junto a los dos misiles que siguen justo a continuación. Dos joyas sin parangón que sin ningún problema pueden incluirse entre los temas más selectos de la banda.
‘The Riot of Your Time’ nos muestra por enésima vez a un Meine dominando su ‘instrumento’ con pulso y dominio insultante. Otros tres cuartos de lo mismo van por la faena por cuenta del Sr. Roth, que en (02:13) se apunta otro diez mediante un solo que sube y baja como él quiere. Exactamente igual como patinan y deslizan las notas que expulsa de su guitarra en el fraseo inicial de la inmortal ‘The Sails of Charon’, que merced a un riff de aire pseudo-arabesco, por decir una tontería, convierte a este tema en uno de los mayores estandartes del sonido SCORPIONS de los 70’s. No existe margen posible al error; para aquellos que conozcan los estilos de uno y de otro, bastará sólo la mitad de un nanosegundo para certificar que un temazo como este que nos ocupa, únicamente podía salir de la pluma prodigiosa de Roth. Indiscutiblemente, estamos hablando de uno de los momentos más inspirados en la carrera de la banda. De eso no tengo la menor duda.
A un compás ciertamente más calmo, se nos muestra sinuosa la melódica ‘Your Light’, de nuevo con la firma del genio de Düsseldorf, y los calificativos se agotan para describir los niveles de talento, calidad y feeling de un guitarrista, que si bien no alcanza al nivel de Hendrix, no puede más que ser reconocido como uno de sus pupilos más aventajados. Descomunal Uli Roth con su sencillez en el estilo y al mismo tiempo con ese carácter tan desbordante y pasional.
Vamos enfilando las últimas vueltas en torno al plato y lo hacemos revisando otro clásico básico indispensable y de verdadero culto entre los fans de la banda. El tema en cuestión no es otro que ‘He’s A Woman / She’s A Man’ con su descacharrante asalto frontal con un Rudy Schenker pletórico al frente y el resto de la tropa siguiendo sus pasos, sin temor alguno a agarrar con fuerza el cetro que ya por entonces ostentaban como leyendas eternas del Rock. Producción de cinco estrellas a cargo del mítico productor Dieter Dierks (ACCEPT, TWISTED SISTER, TANGERINE DREAM, MICHAEL JACKSON…) y SCORPIONS que se calzan otro triunfo que los acredita como unos jefes del copón.
El disco emite sus últimos estertores y como no puede ser de otro modo, cierra la obra a lo grande con otra más de las grandes olvidadas del catálogo interminable de estos magos sajones. ‘Born to Touch Your Feelings’ es la canción que cierra el disco, extendiéndose por casi ocho minutos y en plan baladita SCORPIONS que te mueres. Entonces, juntando estos pocos ingredientes, decidme: ¿Qué coño puede salir de aquí sino una atronadora maravilla? Nuevamente, Meine se lleva el gato al agua, porque sencillamente es el alma del grupo, pero de igual modo, quiero hacer hincapié en el glorioso trabajo realizado por cada uno de los otros miembros de la banda entre los que descuella el acertadísimo buen hacer del gran Herman Rarebell, que merced a un ritmo pausado pero majestuoso, conduce con pulso firme el devenir de un tema que no puede ser definido con nada menos que con el calificativo de extraordinario. El cierre al tema se lleva a cabo con unas seductoras voces femeninas –creo discernir que hablando en japonés, inglés, francés y algo más- y los últimos compases del bueno de Roth con la banda, al margen del apabullante disco de directo ‘Tokyo Tapes’, editado al año siguiente.
Llegamos de este modo al fin del repaso de clásicos setenteros en clave SCORPS y lo hacemos, resaltando una vez más, por si no ha quedado todavía claro, que aquí no sólo estamos lidiando con uno de los mejores trabajos de la banda, sino también con uno de los mayores logros del género en dicha década, que no olvidemos, es aquella en la que el Hard Rock reinó por lo alto y como nunca jamás ha vuelto a hacerlo. Hablamos, como en algunos otros poquísimos casos, de un disco que es más que un disco por la sencilla razón de que per se lleva de serie el valor añadido de desprender una magia con la que el resto de mortales (y entre los que incluyo a gente con muchísimo talento) ni tan siquiera puede llegar a soñar. La entrada en escena del pequeño emperador (Matthias Jabs) estaba a punto de hacerse realidad para conformar finalmente la que sería la formación por excelencia en la trayectoria de la banda, pero por otro lado, no quiero dejar de expresar el sentimiento personal que me dice que jamás en su vida SCORPIONS gozaron de semejante caudal de talento como el que poseía el Line-up que por los restos de los restos, estampo en el firmamento del Rock esta excepcional obra de arte bautizada con el nombre de ‘Taken By Force’. Por enésima vez, la banda cosechó críticas y no precisamente buenas a raíz de su portada, que representaba explícitamente a dos niños jugando en un cementerio, disparándose el uno al otro. Para quien no entienda la metáfora y el genio encerrados en la misma, que se lo haga mirar, toda vez que haya terminado de beberse la copita de coñac visionando cualquier telediario de hoy día.
Como el resto de sus hermanos, con la salvedad del quizás demasiado experimental ‘Lonesome Crow’, ‘Taken By Force’ es un disco de Hard Rock añejo que no solo ofende al respeto por su descarado espíritu rebelde y unas formas jamás antes vistas en el género, sino por el mero hecho de desafiar a las leyes de la física, rejuveneciendo a cada año que pasa después de su publicación en 1977 (1978 en los US). Hablamos en definitiva de un mastodóntico trabajo únicamente al alcance de los más grandes, entre los cuales SCORPIONS caminan con la misma naturalidad con la que todos nosotros los hacemos por la cocina de nuestras casas. Hablar sólo de música cuando hablamos de discos como ‘Taken By Force’ es sencillamente absurdo, porque de lo que hemos estado hablando durante el transcurso de este miserable escrito no es simplemente de un disco (compuesto de vinilo, cartón, papel y tinta) sino de un símbolo, de un testimonio irrepetible de una época que nunca volverá y en definitiva de un preciado cofre del tesoro que, celosamente, encierra un incalculable puñado de sentimientos y emociones que no sabemos explicar, así como algunos de esos himnos imperecederos que por siempre más nos recordarán que el Rock es la música más grande que ha inventado el ser humano. De este modo, como heraldos del género que son, ahí quedan mis más profundos respetos y mi sincera reverencia:
SCORPIONS por siempre más. Amén.
Fuente: Elportaldelmetal
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