Descripción
Sus Satánicas Majestades regresaron como muchos otros en 1997 para ofrecer algo más y algo diferente; Bridges to Babylon. No obstante, el 75% de las veces estamos acostumbrados a presenciar que lo diferente se acaba haciendo raro y fuera de molde y que algo más puede convertirse en algo “de más”.
Y es precisamente 1997 la fecha de grandes fiascos, a nivel subjetivo, que no de ventas necesariamente. Año donde más de uno se indigestó hasta tal punto de dejar de lado a algún grupo, o simplemente la fecha a partir de la cual uno quiere obviar lo que sucesivamente vino. Con Mötley Crüe pasó algo parecido con Generation Swine hasta el gran comeback S.O.L.A o los mismos Def Leppard (Slang de 1996 y los altibajos mediocres que le sucedieron) o simplemente, para finalizar el ejemplo, el tostón de Collage de Ratt (1997) con fines puramente recaudatorios para la gira sosa de turno.
Con poco o nada que ofrecer desde 1981 salvando algún tema recomendable hasta 1994, decidieron darnos a entender que el regreso triunfal del 89 y 94 no era un espejismo sino una realidad sólida, y que el chicle podía seguir estirándose en el 97. El problema viene cuando la ficción supera la realidad; el logo de los Rolling mueve mucho más que un par de discos y eso es muy triste. Los grandes tours no son más que un falso alarde de poder que no reside en el grupo sino que emana del respetable. Os preguntareis ¿Dónde está lo malo si lo difícil es ganarse el cariño del público durante años? Que si tenemos que hacer méritos y echar cuentas tienen fama y dinero por castigo sin haber hecho nada decente en muchos años, dejando la gestión Rolling a unas técnicas de marketing de traje y corbata que funcionan solas. La confianza incondicional de un público puede jugar una mala pasada; el exceso de autocomplacencia, la más destructiva benevolencia y la permisibilidad más tonta. Y de ahí parto el análisis, todo parecía justificar a toda costa la presencia de Sus Majestades sobre un escenario con lo que “todo” comporta; o muy bien o muy mal, el caso es que “si cuela cuela” y “entre broma y broma la verdad asoma”.
Empezamos con “Flip The Switch”, refrito de un tema malo como “Hold Back” de un disco incluso peor, “Dirty Work”. La cosa mejora un poco con esa experimentación leve con toques propios de la época en un tema como “Anybody Seen My Baby?”. Un Mick Jagger rapeando en tono cálido esas líneas de bajo que van a parar a un estribillo sentido. Madurez y experimentación bien canalizada, honestamente. Os parecerá que “Anybody Seen My Baby” es una continuación natural del “Love Is Strong” del 94. De nuevo, la decepción no se hace esperar y entra bajón inminente e irreversible con el tostón de rock basado en riffs de libro como “Low Down”: estereotipado, aburrido, insulso, lineal, previsible, soso, simplón. Nos han querido colar que conservan la vena juvenil y, la verdad, no se puede sacar de dónde no hay. Señores, es para pensárselo que en lo que llevamos de disco las revoluciones bajan muy pronto con “Already Over Me” y no terminamos de despegar. Hasta el momento los señores que eran energía pura solo están atinando en temas pausados, con la excepción de que este último no me dice nada. “Gunface” es un funk rock que, según cómo te encuentres, te parecerá que tiene su Groove y su aquel. De lo contrario te parecerá una emulación de un tema raro como “Suck On The Jugular” del Vooodoo Lounge. “You Don’t Have To Mean It” es un tema digno de inserso, que entierra la poca energía que estoy viendo en el disco.
QUE SE PARE EL MUNDO, de pronto me veo esto y no me lo creo. “Out of Control” empieza sexy con un Mick Jagger que musita a la par que ritmos caribeños y funkarras sacados casi del “Slave” van progresando para desembocar contundente y profesionalmente en un estribillo que hace despertarme después de los 26 minutos que llevo medio sobao’. “Saint Of Me” me hace recordar los aires de grandiosidad perdidos con una orquestación majestuosa y con tintes muy parejos a la anterior, dando la impresión de que ambos temas van de la mano y no hay mayor éxito que un 2×1 musical, doble el acierto, doble la diversión. Como curiosidad, el tema lento como “Might As Well Get Juiced” es lo más raro que he oído jamás, un blues de libro con vestimenta digital. Es una conjugación interesante de efectos, loops con riffs clásicos y armónica en mano. El tema peca de largo, pero tiene su momentillo de “headbangin’ “.
El resto de temas son prescindibles, soporíferos y de nuevo, una prueba de qué no hacer cuando no estás inspirado. Exceso de minutaje y relleno malo al que nos llevan acostumbrando durante muchos años como si valiera su peso en rupias, siendo el peor galardón para un músico que los temas caigan en el olvido pasando de pista en el reproductor de tu móvil, coche, etc.
En definitiva, no compensa comprarse el disco, descárgate 3 o 4 temas por curiosidad de ver qué hacían estos señores en 1997, pero nada más. Producción correcta que resucita algo de la era olvidable ochentera con algo de pegada (o chispitas diría yo) del Voodoo Lounge, apoyada por la tecnología del momento y que, pese a lo expuesto, a muchos no les encandila.
Me reitero en lo dicho inicialmente en la idea de fracaso a nivel subjetivo. Estos señores vendieron por castigo e, independientemente de lo que sacaran, la gira promocional de turno a gran escala estaba ya ahí. La billetera ya andaba por delante antes de ser testigos de la recepción del público, lo cual me molesta, en especial si durante la gira solo tocaron 2 temas no más y que coincide precisamente con los que yo destaco. ¿Algo más? ¿Ha quedado claro que lo único que importaba era ver a los Rolling en el escenario ya sea tocando samba boca abajo o enseñando jardinería en griego? Pues eso, da igual cómo fuera el disco que la gira fue la más extensa y rentable en su historia.
Los Rollings me tienden un puente hacia Babilonia y yo les tiendo otro pero a la mierda, siendo este único momento de vulgaridad incontenible en el que os termino de dejar claro que es un trabajo de dos cuernos raspados con lija y lejía, más flojo que un mosquito de resaca. Un 3 sin opción a recuperar, porque para recuperar, ya cojo yo “Tattoo You” o “Let It Bleed” o “Black’n’Blue” o el “Exile On Goddamn-Motherfucking Main Street” (para ese último sí me pongo vulgar y popular, pero de alegría).
Fuente: Elportaldelmetal
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