Descripción
Parece que Rancid se han decidido a volver a publicar discos con algo más de regularidad cpm la que lo vinieron haciendo desde el año 2000. Y es que, con este “Trouble Maker”, la banda ‘sólo’ ha tardado tres años en editar un nuevo álbum desde el anterior, algo que no sucedía desde los años 90. Lo que no tenemos ya tan claro es que, como por aquél entonces, el grupo esté entregando calidad y cantidad por partes iguales. Pero vayamos poco a poco. Por lo pronto, vamos a ver qué es lo que nos traen Tim Armstrong y compañía con esta nueva entrega discográfica.
En primer lugar, llama la atención la cantidad de temas incluidos en el disco. Porque si tenemos en cuenta la versión de lujo –que, entendemos, va a ser la que todo el mundo acabe adquiriendo o escuchando-, estamos hablando de un total de 19 canciones (aunque el disco apenas llega a los 40 minutos de duración). Lo cual explicaría la cantidad de adelantos que el grupo ha venido ofreciendo antes de la publicación del LP. Ahora bien, como decíamos… ¿es cantidad sinónimo de calidad? Bueno, depende. Por lo general no, o casi nunca, pero con el caso de bandas como Rancid, la cosa se complica. Y se complica por el mismo motivo que se les complica a otros grupos: su propio pasado les lastra. No por algo negativo, sino por todo lo contrario; porque anteriormente sí fueron capaces de entregar cantidad y calidad por partes iguales –véase, por ejemplo, “…And Out Come The Wolves”-. Como ya habrás podido intuir, no nos parece que “Trouble Maker” sea el mismo caso. En este disco, la banda ofrece muchas canciones, sí, pero el álbum bien podría haberse reducido a la mitad, seleccionando sólo los mejores cortes, y hubiese resultado en algo bastante más consistente. ¿Cuál es el problema? Que hay muchos temas que suenan demasiado parecido, y lo peor: sin demasiada sustancia. ¿Lo bueno? Que hay un buen puñado de estribillos pegadizos en el álbum. En este sentido, “Trouble Maker” es un disco que entra muy fácil, que suena bastante veraniego, pero que, por desgracia, carece de la pegada que vaya a hacer que busques recuperarlo una y otra vez pasadas unas cuantas semanas. El LP, por decirlo de algún modo, se pierde en sí mismo, y exceptuando algunos momentos puntuales, como “Farewell Lola Blue” o “Where I’m Going” –y su toque ska-, los temas no marcan ninguna dirección en particular, más allá de sonar a algo que ya han hecho cientos de veces con anterioridad y, probablemente, muchísimo mejor. Vamos, seguro.
Por todo ello, podemos considerar que “Trouble Maker” es una extensión, sin más, de lo que hicieron en 2017 con “Honor Is All We Know”. Y el principal problema que muestra, es que el sonido del grupo, la temática de los temas y el enfoque global del disco, suenan envejecidos. La banda, francamente, nos parece que suena cansada. Como haciendo las canciones porque sí. Que sí, que hay momentos en los que, bueno, te sacan la sonrisa o te recuerdan a otra época, pero son las excepciones que acaban confirmando la regla: Rancid llevan ya un tiempo sonando bastante descafeinados. Y eso, para uno de los grupos que contribuyeron a poner al punk en el punto de mira del mainstream, y que acercaron la escena a tantísima gente, es un problema.
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