Descripción
El nuevo disco de la cantautora londinense es una obra profundamente personal sobre la experiencias de Parks en su veintena.
Arlo pudo habernos cortado la carne y comernos de a poco, ahora que sabía que podía, de una manera salvaje. Pero no: eligió seguir mordiéndonos tan despacio como lo había hecho con todo lo que supo hacer antes. Con la misma suavidad, con el mismo agobio, para seguir haciéndonos sentir de a poco.
Con doce canciones, la voz de Phoebe Bridgers en “Pegasus”, y la producción de Paul Epworth y de Ariel Rechtshaid, Parks supo construir My Soft Machine como una continuación de su legado, componiendo a partir de la desesperación que le genera amar a mujeres, la confusión de a veces no saber cómo lidiar con la vida y la sensación de sentirse sola.
El resultado es un disco en el que la distorsión y el jazz están más presentes que antes, y el lo-fi sigue envolviéndolo todo. Donde una voz clara dice todo lo que necesita. Así, y como parte de una travesía que va sacudiéndonos con suavidad en cada curva, el segundo álbum de Parks se siente como el camino que tuvo que hacer para volver a encontrar el calor. Esta vez, tratando de no colapsar.
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