Descripción
Veréis, la realidad es que yo nunca he tragado eso que la gente llama Rock o Metal Gótico y Metal Sinfónico, salvando algunas honrosas excepciones. A mí, tantos coros grandilocuentes y pomposos, orquestaciones pantagruélicas, voces operísticas y demás, la verdad, siempre se me acababan atragantando. Siempre me preguntaba porqué no había más tralla, menos teclado y más punteos, pero bueno, no digo más que algún «Gothic head» si no se me lanzará a la yugular desesperadamente.
A mí no me moló nunca este grupo, odiaba esa voz, hasta que oí este disco. El cambio de vocalista fue decisivo para mí, siendo la nueva una voz (Annete Olzon) dulce y a la vez potente, pero mucho más orgánica y menos clásica que la de la anterior vocalista, Tarja Turunen.
Esto no quiere decir que la música sea más comedida no, de hecho es un álbum que de tan grandilocuente, es cuasi cinematográfico, parece una banda sonora en ocasiones.
Así, empezamos con «The Poet And The Pendulum», una monstruosa composición de casi 14 minutos que, al oírla varias veces con atención, empieza a entrar mejor en el cuerpo, porque de primeras es imposible. Está dividida en varias partes y es en sí una mini-ópera muy interesante. Tras ésta llega, para mí, una de las grandes triunfadoras: «Bye Bye Beautiful», muy sencilla para lo que suelen ser este tipo de grupos, con unos teclados más modernos de lo habitual.
Luego llega uno de los singles del álbum, «Amaranth», muy comercialoide y agradable de escuchar, típico corte gótico para la radiofórmula. La siguiente canción destacable es el quinto corte; «Master Passion Greed» intenta, en mi modesta opinión, quedar extrema (extrema para lo que es el sonido del grupo) pero sin conseguirlo. La veo demasiado forzada e intentando agradar a los más metaleros.
«Eve», el sexto corte, es la balada del disco,ultra melódica y tranquilita, voz y piano en primer plano.
Otro de los núcleos principales del disco lo compones «The Islander» y «Last Of The Wilds», la parte Folk del disco. La primera es una canción suave y emocionante, mientras que la segunda es instrumental y más cañera, con los omnipresentes violines.
Mención aparte también para «Meadows Of Heaven», sencillamente espectacular y un gran cierre de disco, con Anette mostrando plenamente sus facultades vocales.
Sim embargo, yo echo en falta varias cosas: En primer lugar, casi no hay solos de guitarra. Digo yo que se podría esforzar más en ese aspecto, no digo que tenga que ser Randy Rhoads pero bueno… En segundo lugar, el disco es demasiado largo y, para los no iniciados en el gótico (Como yo) se les puede hacer un tanto farragoso. Y por último, creo que se exceden un poco en las orquestaciones. A ver cómo lo reproducen en directo, y no vale hacer trampa con samples pregrabados.
Un disco apto para los abiertos de mente y, sobre todo, para los que dispongan de tiempo libre para degustarlo en toda su innmensidad.
Fuente: Elportaldelmetal
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