Descripción
So sad so sexy es un disco arriesgado, supone dar un giro de 360º a la artista que llevamos años conociendo y que en parte estamos seguros de que viene provocado por la tremenda acogida que tuvo el remix de “I Follow Rivers” que realizó The Magician. Es una nueva visión de negocio, y ha sabido mezclar bastante bien su capacidad de transmitir con la búsqueda de un sonido mainstream que pueda colocarla en otro status. ¿Qué falla entonces? El principal error del disco es la repetición de ritmos, de fórmulas que llegan a cansar en algunas ocasiones y te ciegan en la exploración de matices que hagan el álbum mucho más interesante. Algunos temas cargan el proyecto con un olor a pop facilón que no le favorece (“Jaguars In The Air”), y otros se convierten en piezas de relleno (“Last Piece”) que la alejan por completo de la artista creativa e interesante que siempre ha demostrado ser. Por otro lado, a veces echamos en falta la carga poética que mostraba en sus anteriores discos y que aquí ha dejado un poco de lado para intentar ser más directa con su público. En resumen, parece ser que Lykke Li encontró la forma de contar su nuevo ser, su metamorfosis, se plantó y decidió no indagar un poquito más y quedarse tranquila en la superficie de este nuevo sonido.
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