Descripción
Tras este críptico título (que no es sino el nombre del bar donde se grabó) se esconde uno de los discos en directo más auténticos de los últimos treinta años.
Acompañados por Antonio Sánchez a la guitarra, asistimos a la presentación en sociedad de un cantante jienense casi desconocido que cantaba con un inusitado sentimiento a Madrid, a un Krahe que por entonces versionaba a Brassens (si bien “La Tormenta” está adaptada y traducida por él, la canta Pérez) y que dice la palabra “gilipollas” catorce veces en “Marieta”. Llama la atención también el hecho de que Sabina, por entonces muy desconocido, cantara muchas canciones suyas, todas de su anterior trabajo “Malas Compañías” (CBS, 1980), dando ya completamente de lado a su primer disco, y que Pérez parece tener un papel algo más secundario que los otros dos artistas.
Para rematar el disco, destacar las brillantísimas “El cromosoma” y “Un burdo rumor”. La primera es un himno para los ateos del mundo: “prefiero caminar con una duda que con un mal axioma”; la segunda habla con ironía de la dictadura femenina en cuanto a tamaños de según qué partes del cuerpo masculino: “es mísero, sórdido y aún diría tétrico / someterlo todo al sistema métrico / no estés con la regla más de lo que es natural / te aseguro chica que eso puede ser fatal”. Krahe también deleita al respetable con “La hoguera”, que habla con sorna de la pena de muerte.
El experimento no volvería a repetirse: Pérez dejó de actuar con los otros dos cantantes al poco tiempo, Sabina y Krahe compartieron escenarios algún tiempo más, pero tomaron caminos separados más adelante.
abina, Krahe y Alberto Pérez dieron forma al disco en el sótano de este bar en el madrileño barrio de La Latina en Madrid, la acústica no era la mejor y los medios eran más bien escasos (aunque de todas formas en aquella época los tres estaban considerados simplemente cantautores), pero en las oficinas de CBS se decidió que el disco tenía posibilidades, y finalmente se editó. Lejos de una superproducción con un sonido depurado, nos encontramos un disco grabado en un bar con la ambientación típica de un bar: la gente se ríe, se escuchan murmullos, se cae un vaso de whisky; de alguna manera haciendo al oyente partícipe de la situación, buscando un sonido más genuino calcando en el disco el ambiente que se vivía.
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