Descripción
Muros, muros, más muros. Fronteras, fronteras, más fronteras. Nacionalismos, nacionalidades, límites. Muros, muros, más muros. Fronteras, fronteras, más fronteras. Nacionalismos, nacionalidades, límites. Muros, muros, más muros. Fronteras, fronteras, más fronteras. Nacionalismos, nacionalidades, límites. Muros, muros, más muros. Fronteras, fronteras, más fronteras. Nacionalismos, nacionalidades, límites…
Más que imprescindible. Impresionante. El hombre y la máquina unidos en un mismo frente dentro de una magistral obra conceptual cuyo principal mensaje era derribar muros y fronteras en un esperanzado grito semi-robótico a favor de la diversidad, la integración, el respeto y la tolerancia. El punto de partida continuaba siendo reconstruir el patrimonio cultural alemán que el régimen nazi había ocultado, manipulado o destruido cuando alcanzó el poder.
El progreso, atrás quedaba la etapa del krautrock más experimental, algo que ya se barruntaba con el “Radio-activity” del 75. Había nacido con un estilo totalmente innovador la primera electrónica melódica.
Minimalismo, armonía hipnótica cual si fuera un rito solemne, fiestas de maniquíes que rompen cristales de escaparates para escapar («Showroom dummies»), miles de rostros que se reflejan en salas repletas de espejos («The hall of mirrors«). El tren continuaba su incesante marcha mientras se sucedían bellísimos paisajes variopintos («Europe endless«, «Trans-Europe express«, «Metal on metal«, «Abzug«, «Franz Schubert» y «Endless endless«.
Las letras, influenciadas por Bowie e Iggy Pop, y la gélida intensidad vocal de Ralf Hütter y Florian Schneider que acompaña a unos primitivos teclados, generaban sensaciones de desasosiego al compás de la percusión electrónica que ejercían Wolfgang Flür y Karl Bartos dentro de lo que sería el punto de partida del llamado rock industrial. Se publicó en dos idiomas, alemán e inglés, además “Showroom dummies” fue también adaptada al francés con el título de “Les Mannequins”. Asimismo, mientras en Europa la portada fue en blanco y negro con el título inmerso en fondo blanco, en el resto del mundo apareció la foto de la portada con fondo negro.
“Trans-Europe express” es a mi gusto la obra más maestra de los alemanes KRAFTWERK, concretamente el sexto de su discografía, y a mi juicio también el mayor y mejor referente en su estilo de todos los tiempos, a la altura de los trabajos de mayor envergadura del pop, rock o cualquier subgénero que se cite. Este prodigio de creación no es recomendable para puristas, talibanes y académicos del rock.
Viajeros al tren, apaguen luces y déjense llevar. Muros, muros, más muros. Fronteras, fronteras, más fronteras. Nacionalismos, nacionalidades, límites. Muros, muros, más muros…, demasiados muros.
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