Descripción
En lugar del “Pienso, luego existo”, el punk se reinventó bajo la forma “Existo, luego no hay futuro”. Más de 40 años después, así nos tenemos que ver: sufriendo catástrofes naturales, encadenando recesiones económicas y, a todo esto, Kokoshca reiterando una vez más que no, no hay futuro. Si nos ponemos estrictos, se trata de una verdad a medias: sí hay futuro; al menos, mientras el combo navarro siga decidido a publicar nuevas canciones. Veamos, pues, qué horizonte es el que imaginan en este nuevo EP de cuatro temas. Para el corte inicial, tuvieron a bien reclutar a Erik Urano, compañero de sello discográfico y una voz autorizada en lo que a distopías se refiere. El artista vallisoletano, autor de, entre otros, “Neovalladolor”, aporta en “Futuro” una nota de color, profundidad y discurso. Es la colisión entre dos mundos aparentemente alejados, pero unidos por ese “gasolina y a quemar”. El futuro pinta negro, pero en sus voces suena ciertamente brillante. Durante tres minutos y medio, la música pop hace tu vida un poquito más amable. Es uno de los consuelos que ofrece el arte y en tiempos como los que corren no debemos dejar escapar oportunidades como esta. Erik Urano no es el único invitado que desfila por “Nuestro Futuro”. “Chubi Chubi” cuenta con la aportación de Kiliki Frexko, miembro destacado de la Chill Mafia, el colectivo pamplonica que no hace punk pero es puro punk. La colaboración está a la altura de las expectativas: barra libre de actitud, desfachatez y hedonismo. Para disfrutar plenamente de “Chubi Chubi” hay que saber leer entre líneas.
Pese a todo, la música es un lenguaje universal que trasciende toda barrera lingüística. Aquí está intacta la energía de las noches que no acaban, las ganas de repartir amor y la euforia a la que sólo se llega a través de la música y de ciertas sustancias. O, como ocurre en este caso, a través de ambas. En esta nueva obra, Kokoshca ha logrado incorporar a su fórmula testada elementos propios de la electrónica. “Futuro” y “Chubi Chubi” amplían la paleta sonora de los navarros, un reto estimulante tras más de 15 años de trayectoria.
En su afán por conquistar nuevos horizontes sonoros, no olvidan los encantos de la canción pop y el rock’n’roll. “Cara de Pena” es un dúo de bellísima factura, con las voces entrelazadas de Iñaki y Amaia serpenteando sobre una base rítmica electrónica. “Curado de Espanto”, por su parte, es un corte de rock con hechuras clásicas, un terreno en el que se desenvuelven con la naturalidad del que lleva toda la vida haciéndolo. Pasado, presente y, se pongan como se pongan, también futuro de la música popular.
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