Descripción
Es imposible sentarse a escribir sobre este Luminous (XL Recordings) de The Horrors sin echar un ojo al pasado. Cualquier análisis es absurdo sin recordar lo lejos (casi de una galaxia muy, muy lejana) que parecen hoy día sus inicios, cuando podían pasar por los vecinos adolescentes de la familia Munster. Aquel debut de 2007 (‘Strange House’) cargado con vergüenzas ajenas como ‘Thunderclaps’ y el abuso de los órganos sacados de películas cutres de terror de los años cincuenta. La NME intentó colárnoslos como los Cramps de la era internet en un bochornoso ejercicio revival (que Lux Interior los perdone).
Por suerte, se dieron cuenta de que por ese camino sólo les esperaba una horda de fans emos, alopecia prematura por sobredosis de la laca y caer a la fosa del olvido al segundo álbum. Quizá por eso en ‘Primary Colours’ (2009) decidieron tener voz propia, Geoff Barrow les metió (bastante) mano y emergió una banda capaz de hacernos olvidar ese pecado de juventud. Los primeros acordes de ‘Mirror’s Image’ ya te levantaban las orejas como un sabueso. Y el movimiento energético de rabo ya era total al escuchar maravillas como ‘Who can say’, ‘Scarlet Fields’ o ese ‘Sea within a Sea’ que inflama venas. Habíamos hallado un grupo. Qué coño, un grupazo. Posiblemente el mejor regate a la tan temida maldición del segundo disco de la última década. Ya establecidos y reconocidos, en ‘Skying’ (2011) ampliaban su veta onírica mientras calzaban temas enormes como ‘Still Life’. Una evolución que sigue el ciclo de la larva imperfecta (y fea como un demonio) del ‘Strange House’ hasta este ‘Luminous’, una mariposa bella en su rareza. Su tiempo les costó, les faltó empadronarse en el estudio: han tardado 15 meses en producirlo y grabarlo…
Lo primero que se escucha al darle al play es un crescendo de dos minutos con bongos (¿John Talabot?) antes de que asome el cuerpo ‘Chasing Shadows’, todo un acierto que condensa lo que supone una aproximación al concepto electrónica para estos tipos. El arranque britpopero de ‘First Day of Spring’ (no es el único, resuenan ecos de Suede en ‘Falling Star’) por no suerte no va a mayores y el desliz queda enterrado en la maraña sónica tejida por el sintetizador. En ‘I see you’ vuelven a hacer su ostentación por los desarrollos maratonianos. Siete minutos como siete soles. Y en un acto de descaro, te la cascan como primer single.
Hablando del astro rey, ‘Jealous sun’ hace honor a su nombre y quema. Es la más cercana a los postulados del ‘Primary Colours’. Oscuridad abrasiva. La curiosidad les lleva incluso a tontear con el rock lisérgico de nuevo cuño (loado sea Tame Impala) en ‘Mine and Yours’. Además, The Horrors han desarrollado la capacidad de insuflarle cierto gancho a canciones aparentemente inofensivas. ‘Change your mind’ es un medio tiempo blandito con el que juegan al filo de la navaja, pero sin caer en el terreno de lo moñas.
Los de Southend-on-sea prometieron hacer bailar en su cuarto disco. Lo que no dijeron es cómo. Para comprobarlo ahí está ‘In and out of sight’. Con aroma (y algún que otro sonido) silvestre para una buena rave en la campiña. En cuanto asoman sonidos dub y hasta casi jungle maridados con guitarras ya se habla de Madchester. The Horrors no son éxtasis, son LSD. No necesitan a Bez Berry tocando la pandereta como los Happy Mondays, ni las taradeces de Shaun Ryder. Prefieren parapetarse en el flequillo interminable de Faris Badwan y acecharte en la noche.
The Horrors se asientan con ‘Luminous’ como una de las bandas británicas más sólidas del momento. Tres álbumes tan potentes consecutivos dan para borrar las bromas sobre su etapa de draculines victorianos. No dan volantazos ni yerran en sus pasos, y se dirigen hacia los grandes recintos sin prostituir su esencia. Una mariposa cargada de veneno.
Fuente: Binaural
Valoraciones
No hay valoraciones aún.