Descripción
Muchas veces me pregunto ¿Cuál será ese detonante que nos lleva a escuchar cierto tipo de música? Creo que nadie puede encontrar una respuesta sólida. Un importante factor sin duda proviene de nuestro entorno inmediato: nuestros amigos en la escuela, en el barrio, los hermanos, primos, ¿nuestros padres acaso? Y bueno, creo firmemente que además que este factor externo, hay algo en el interior de muchos de nosotros que nos mueve a escoger ser “diferente”, a ir contra corriente en cierta forma. En mi caso, en los últimos años de mi adolescencia, me cansé de ver como mis “héroes” caían: desde mi padre o mi abuelo hasta bandas metaleras que habían sido mis favoritas. Ese Glam -ahora empalagoso- que cambiaba el cuero y los estoperoles por encajes rosas y caritas de niña ya no era para mí… Shock Rock color rosa???
Y es que si algo me enamoró del metal cuando niño eran esos tipos rudos que evocaban rebeldía y desdén a las instituciones. ¿Dónde estaban ahora? Pues un frente era el joven movimiento de Thrash/Speed Metal que venía gestándose desde unos años atrás, y sí, tenía mis favoritos, pero el motor de búsqueda seguía encendido dentro de mí. Hablámos de por ahí de 1986/87 y mi inquietud me llevó a escuchar en la radio de Ciudad de México aquel programa nocturno llamado “Con los pelos de Punkta” en la extinta estación “Rock 101”. Mi motor musical me indicó que esto del Punk era lo que necesitaba, había mucha frescura y también mucha energía. Descubrí varios senderos en este nuevo terreno. Y en la ruta rápida y furiosa de este universo musical, unos escoceses rabiosos de inmediato llamaron mi atención, en ese momento no sabía que decían sus letras más allá del título, pero transmitían todo ese enojo que uno guarda en esas épocas rebeldes: The Exploited
The Exploited representan el lado super áspero y extremo del punk rock ochentero. Lidereados por un ex militar, Wattie Buchan, esta era gente de la clase trabajadora, los de abajo, los oprimidos, invadidos por los fantasmas de la guerra fría y dotados de una furia y enojo ante “el sistema” prácticamente ilimitados. Me provocaron un encanto inmediato y fueron mi puerta de entrada al mundo del hardcore-punk.
Conseguí a partir de entonces gran parte de su discografía y, dentro de ésta, un disco que hasta estas fechas escucho de principio a fin con cierta regularidad es el magnífico Horror Epics.
Este, a diferencia de otros discos de la banda que a estas alturas de la vida me llegan a ser francamente monótonos, encierra un encanto particular. Está dotado de una especie de equilibrio inusual en esta banda que arrancaba y cerraba sus discos a toda marcha, sin mayores matices ni contemplaciones.
Desde el inicio te percatas que hay algo diferente en la atmósfera, Horror Epics, tema que da nombre al disco da la bienvenida con ese característico bajo galopante acompañado luego por tambores tribales que pronto son invadidos por una siniestra atmósfera. No es para menos, este puede ser uno de los temas más “sensibles” que ha tocado The Exploited en su carrera: la hambruna mundial. Imágenes de niños con abultados abdómenes vienen a la mente: Etiopía, Somalia. Un extraordinario tema oscuro y potente, apoyado en bajo y batería, en donde la guitarra se mantiene itinerante, sólo para rematar con desgarradores y pausados acordes. ¡De lo mejor!
El frente hardcore-punk típico de los escoceses va con todo con “Don’t Forget The Chaos”, “Maggie”, y “Treat You” que retoman el clásico estilo veloz y furioso, anárquico y conta-estatario de los Exploited de la mejor manera. “I Hate You” resulta una curiosidad por hablar de una decepción amorosa, en la que la novia se acuesta con otro y es descubierta. De ahí el encantador título.
“Law and Order” y “Down Below” destacan por su gran espíritu combativo y energizante.
“Dangerous Visions “ y “Forty Odd Years Ago” son experimentos sui generis que combinan baterías algo tribales –muy revolucionadas y poco precisas- con bases punk que si bien no caen dentro de mis favoritas si llegan a tener cierto encanto y al final se agradece la experimentación. En la segunda se despeja un poco ese fantasma que rige sobre la banda, aquel de su supuesta filosofía pro-nazi, al referirse a Mussolini y Hitler como “cerdos”.
En el tema 5 la atmósfera se vuelve a oscurecer con otro tema de primera: “No More Idols”. Deseperanza provocada por corrupción desde los orígenes del mundo. Nuevamente una gran línea de bajo, ritmo tribal y un par de guitarras siniestras a la “Twilight Zone”.
El disco se despide siguiendo esta atmósfera con “My Life”, himno a la independencia y la búsqueda de identidad: “Quiero vivir una vida propia… no quiero ser clon de nadie”. Ritmo más bien lento para los parámetros de la banda, ambiente oscuro, medio vacío y nuevamente un bajo que destaca. Otra muy buena canción que me lleva a preguntar ¿Pero porqué no siguieron haciendo este tipo de música?
Mi primera impresión es que seguramente la inspiración de estos temas no vino de ninguno de los miembros “fijos” de Exploited (el vocal Wattie y su hermano Willie en la batería). Supongo que el guitarrista, Karl (sólo se le acredita así), fue creador de estos temas. Él ya había trabajado en su anterior producción de 1983 Let’s Start A War, donde destacan los temas “God Saved The Queen” y un poco “Wankers” que comparten algunas de estas características de ritmos más lentos y oscuros con línea una de bajo preponderante y un trabajo de guitarra –digamos- más maduro o mejor trabajado.
Me es muy difícil hablar de este disco como una obra maestra, y es que The Exploited no se encargaban de hacer obras maestras, ellos se dedicaban a aventar pura tripa y corazón tanto en sus letras como en su música, no es muy difícil percatarse -al escuchar con atención- de algunos errores y caídas de tiempo en la grabación, y es que ¡así eran ellos! Aun así encontramos temas grandes en serio dentro del género.
En mi opinión este disco se erige como un clásico del Hardcore-punk de los 80s, seguramente el mejor de la banda. Admirable principalmente porque encontramos variedad y sobre todo estos temas sombríos de una estructura mucho más fina y elaborada (valgan las expresiones) que contrastan y complementan muy bien a aquellos super-energéticos tracks que caen dentro del molde al que nos tenían acostumbrados.
Fue la primera y última vez que lo hicieron, tras este disco retomaron su espíritu más combativo pero ahora orientados hacia el Thrash y más tarde sumarse al llamado Crossover que se gestó también en otras bandas originalmente Hardcore-punk hacia finales de los 80’s y principios de los 90’s. Hasta donde se la banda sigue haciendo giras y lanzando discos de manera activa aunque mucho menos que antes.
… los Punks no han muerto!
Fuente: Elportaldelmetal
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