Descripción
Los suecos estaban inspiradísimos, tras el exitoso With Oden On Our Side del 2006 habían entrado ya sin discusión en las listas de las mejores bandas de death melódico. Y es que los de Hegg son buenos, muy buenos. Ya no fabricaban el típico blackened death metal oxidado como en sus primeros discos, ahora optaban por trabajos más pulidos, por momentos casi heavies, y desde luego con una producción muy superior a la de sus inicios. Eran los nuevos Amon Amarth; vikingos tan hartos de saquear en las aldeas del otro lado del mar que se dedicaban a contar el botín y a espantar a los clanes vecinos. Salvajes vestidos de reyes, asesinos y violadores llenos de joyas manchadas con sangre ajena. Ahora dos años después del With Oden On Our Side (cañonazo musical), lanzaban el Twilight of The Thunder God.
Si el álbum del 2006 sonaba menos crudo que sus antecesores, este ya continuaría con esa tendencia. El Twilight es sin duda el disco más asequible de los suecos, fácilmente identificable por unas guitarras límpidas y una armonía más a flor de piel que en los anteriores trabajos. Si es que no se puede mantener la furia primigenia de los primeros años… no eternamente. Y ahora Amon Amarth optaron por tomar senderos más épicos, tirando de la ruta más sencilla, pero no por ello equivocada. Insisto en este punto: puede que suenen más asequibles pero no se marcaron un mal trabajo. El Twilight of the Thunder God posee todavía mucho empaque y ganas de comerse el mundo, es un segundo lanzamiento creado para ganar nuevos fans, para comenzar en aparecer por la calle impresos en camisetas fuera de sus fronteras, para triunfar joder.
Children Of Bodom y Arch Enemy están bien, pero los vikingos molan más. Y realmente ahora están los tres a la misma altura, con la misma popularidad incluso. Amon Amarth supieron escalar puestos con su pasado súper true, su pose nórdica y su capacidad evolutiva, su cualidad para reinventarse sin dejar de sonar a ellos mismos. Pero no demoremos más la espera, no puedo resistirme a la magia de la portada del disco que nos llama al Ragnarök, a la batalla. Comencemos cuanto antes.
Todo empieza con la homónima Twilight of the Thunder God: speedica, dinámica, épica… letra directa, estribillos feroces y también un solaco liberado por Roope Latvala (Children Of Bodom). El siguiente corte es Free Will Sacrifice, más cruda pero sin dejar de sonar armónica. Un corte duro pero nada espectacular, tal vez las guitarras suenen demasiado repetitivas. Ahora el turno es de Guardians Of Asgaard, tema cantado a medias entre Hegg y Lars Göran Petrov de Entombed. Fusión de voces extrema. Las guitarras suenan amenazadoras pero en su justa medida. A pesar de ser una de las canciones más importantes del disco no termina de conquistar, le falta empaque, algo importante. Continuamos con Where Is Your God? que resulta más veloz, recordando la potencia del primer corte, los rasgos blackers se hacen más llamativos.
Varyags of Miklagaard coma el relevo después. Cabalgadora y aderezada con unas buenas guitarras, pero rozando por momentos el heavy metal. Todas las canciones van resultando reguleras pero sin ser malas. El disco se va dejando escuchar y llegamos a Tattered Banners And Bloody Flags, más clásica. Amon Amarth sonando a Amon Amarth en HD, quedando muy disfrutable. Lo mejor su glorioso final, donde los suecos echan el resto. Ahora estamos frente No Fear For The Setting Sun: mediocre, sin muchas ideas hasta el solo de guitarra, que salva la situación. The Hero resulta más melódica, con las guitarras mostrando el típico riffeo de los suecos, conservando también esa producción cristalina que se distancia tanto del death metal. Buena impresión de todas formas. Live For The Kill vuelve a sonar con momentos black-metaleros y riffs más dinámicos. La banda se reservó una buena traca final pues esto no es todo, tras el punteo llegamos al breve pasaje de chelos interpretado por Apocalyptica. Sencillamente conmovedor. Embrace Of The Endless Ocean nos mezcla un poco de todo lo escuchado en el álbum, pero quizás más equilibrado y agradable al oído. Tenemos a unos Amon Amarth más grandiosos, profundos e inspirados que los del centro del disco, que casi aburrían.
Los vikingos domesticándose tíos. Y no lo digo por lo instrumental del disco, que está bastante bien en su mayoría. Es que realmente a pesar de lo buena que es la producción… no, no es la correcta para estos salvajes. El disco tuvo que sonar más grave, sucio, crudo… No suena muy «death-vikinguesco» pero bueno al menos se disfruta.
La valoración final del álbum son unos tres cuernos altos. Un 6,5 para los suecos barbudos. Ahora que parieron el Twilight Of The Thunder God y el Surtur Rising espero que saquen un disco más duro que rememore los primeros años de la banda. Es lo que más les conviene, para no perder a los fans más clásicos. Que Odín os guarde, guerreros.
Fuente: Elportaldelmetal
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