Descripción
Desde sus primeros conciertos hace una década, Howlin’ Jaws se han convertido en una leyenda urbana. Sexy como Elvis, con
las melodías del pop inglés de los 60 y la energía cortante del garage rock americano. El trío ha plasmado por fin esa magia en un esperado álbum de debut que cumple todas sus promesas. Un álbum de debut es especial, y Howlin’ Jaws se tomó su tiempo para perfeccionar el suyo. Amigos desde el jardín de infancia y el instituto, los
tres chicos formaron oficialmente la banda hace unos diez años. Eran muy jóvenes, no llegaban a los 15 años,
y parecían tres imitadores de Elvis en el 55. Tomaron el camino del rock’n’roll (opción rockabilly), empedrado de conciertos, fiestas, energía, pasión, reuniones y grabaciones. Todo se juntó y se off a la velocidad de un solo de Cliff Gallup -el guitarrista de Gene Vincent And The Blue Caps-. En diez años, han recorrido un largo camino.
Ahora se parecen a Elvis en el 56, pero han pasado musicalmente de los 50 a los 60, del rockabilly al blues eléctrico y a las melodías pop. Graban en Londres con el ilustre Liam Watson, propietario del estudio Toe Rag, donde se grabó un tótem del rock contemporáneo,
el álbum Elephant de los White Stripes. Liam les enseña a llegar al fondo de cada canción, a simplificar e intensificar. Al final, es un disco corto, sin tiempos muertos, que se sitúa en medio de los 60 prepsicodélicos (Beatles, Kinks, Zombies), de los que sólo se quedaron con lo mejor.
La pulsación del blues por las raíces, las melodías y los coros que toman el sol, las guitarras fuzz para hacer circular el conjunto. Hoy, como hace diez años, la música de Howlin’ Jaws es una fantasía, un viaje por el espacio-tiempo del rock como una luna de miel, ¡una declaración
de amor!
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